El famoso humorista cubano Limay Blanco ha dejado a todos asombrados al celebrar con gran estilo una década de matrimonio con su esposa, Glenda Medina. Este conmovedor tributo, compartido en sus redes sociales, ha conmovido a sus seguidores y nos recuerda la importancia del amor duradero.

«Hoy es el cumpleaños de esta cosita que ha sido mi roca durante diez increíbles años», expresó con cariño el comediante, reconociendo la paciencia y el apoyo inquebrantable de su compañera a lo largo de su vida juntos. Pero eso no es todo, Limay no escatimó en amor al agregar: «¡Feliz cumpleaños, mi amor! Que Dios te bendiga abundantemente».

La respuesta de Glenda fue igual de apasionada: «Gracias, mi amor. Hoy Dios me regala otro cumpleaños a tu lado», una declaración que deja claro que su amor es más fuerte que nunca. Esta pareja, conocida por su labor altruista en Cuba, ha demostrado que el compromiso y la compasión son la base de su relación.

En un momento de reflexión profunda, Glenda compartió sus sentimientos en este día especial: «En un día como hoy, solo puedo agradecer a Dios por todas las bendiciones que ha traído a mi vida. Gracias. Gracias. Ya son 27». Un testimonio de gratitud y amor duradero que conmueve a cualquiera.

Los seguidores de la pareja no se quedaron atrás y se unieron a la celebración en Facebook. Una seguidora escribió con cariño: «¡Felicidades, Glenda! Eres una mujer especial y un ser humano excepcional para quienes te conocen. Que tengas un hermoso día. Que Dios continúe bendiciéndote».

Otra seguidora elogió la generosidad de la pareja: «Deberían recibir una medalla. Dios los bendiga por su disposición a ayudar al prójimo como matrimonio. Bendiciones para la familia».

Un seguidor de Limay, con humor, bromeó: «Felicidades a esa hermana. ¡Le daremos la medalla del ‘Soportamiento’!», un toque de ligereza en medio de la emotividad.

Además, no podemos olvidar que recientemente, el 30 de agosto, la hija de Glenda y Limay, Maily, celebró su séptimo cumpleaños. Glenda compartió su gratitud por tener a su hija, y Limay expresó su orgullo de ser su padre.

La historia de Limay y Glenda es un ejemplo conmovedor de amor, compasión y compromiso que sigue tocando los corazones de todos los que tienen el privilegio de conocerlos. Su viaje es una lección de que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo y crecer aún más fuerte con el tiempo. ¡Brindemos por una década de amor inquebrantable y por muchas más por venir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *